Génesis 2:18
Dios
ha tenido misericordia para con toda su creación desde antes de la fundación del
mundo y nunca descuido ni ha descuidado su creación, es por esto un hecho más
cuando los animales tenían su compañero (a) también le favoreció al primer
hombre una ayuda idónea con el sentir que ya Dios había puesto en su corazón para
con la mujer.
Tomando
estas palabras que definen la mujer como ayuda idónea, el hombre de hoy debe preguntarse:
1- ¿Acaso soy digno de tener a esta mujer idónea?
3- ¿Estoy
dispuesto en respetarla y amarla hasta que la muerte nos separe?
La exaltación que
salió desde lo más profundo del corazón de Adán cuando vio a Eva debe ser lo
mismo que se refleje en el corazón del hombre de hoy (sorpresa, alegría, exaltación,
gentileza, cuidado y amor).
Esta es hueso de
mis huesos y carne de mi carne V23, es por esto que yo valorare lo que Dios
mismo hizo para mí.
ü La cuidare
ü La respetare
ü La exaltare
üLa amare hasta
que la muerte nos separe.
Pastores
Giovanny Cruz y Cesarina Reyes de Cruz
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