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Vestíos de amor



Existen una serie de reglas para vestir conforme la ocasión porque esto nos vincula con el ambiente. Nuestra forma de vestir proyecta nuestra imagen, como nos ven los demás, inclusive como nos vemos a nosotros mismos.

El elegir que vestimenta usar a veces se convierte en un dolor de cabeza y sobre todo para las mujeres. En ocasiones hasta se sacrifica la comodidad con tal de ir acorde a la ocasión o de respetar algún código de vestimenta.

Efesios 4:24 Reina-Valera 1960 (RVR1960)

y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad.
Hemos sido llamados a una nueva vida en Cristo, por tanto hemos sido despojados de los harapos malolientes del viejo hombre y vestidos de justicia y santidad de la verdad.
Cuando nos convertimos nos hemos vestido del nuevo hombre. En Cristo somos trasladados al ámbito del amor de Dios; y, al ir profundizando en el conocimiento del amor de Cristo, su Espíritu despierta en nosotros la capacidad para amar.
¿Qué significa «revestido del nuevo hombre»?
Significa que su conducta debería estar acorde con su fe en todos los lugares, vestir conforme a su nueva identidad, ponerse su ropa de Gozo Paz  Paciencia  Benignidad Bondad Fe  Mansedumbre Templanza
Debemos ir haciendo crecer el fruto del Espíritu Santo  en nuestras vidas de día en día: que ablande nuestros corazones para hacerlos tiernos y compasivos con nuestra pareja que es nuestro prójimo más cercano.
Que amemos a nuestras parejas con un amor más entrañable que el de ayer; que Dios ponga en nuestra mente aquellos actos de amor que quiere que hagamos para su gloria y para bien de la relación de pareja.

Practicar una lista de virtudes sin practicar el amor con los de nuestra casa, nos puede conducir a una distorsión, fragmentación y estancamiento Esto no significa que no deban existir opiniones distintas sino que los esposos cristianos debieran trabajar juntos en amor, más allá de sus diferencias.
El hogar no es meramente un sitio donde comemos y dormimos, Tampoco no es algun hermoso edificio ni el mobiliario sino la atractiva morada donde ir a refugiarnos y encontrar el descanso y la paz.
Lo que hace al hogar son los miembros que lo componen, es la felicidad, el afecto, y tierno cuidado entre los miembros del círculo familiar concedido por Dios.
Cuando dos personas se unen en Cristo, su objetivo es crecer en semejanza a Cristo a lo largo de la vida del matrimonio. Donde creen un  hogar en el cual al Señor se le da su justo lugar y donde cada miembro de la familia obra conjuntamente conforme a la mente y propósitos de Dios, donde el amor de Dios es conocido y derramado en el corazón y es el elemento gobernante en el hogar.
Vestíos, pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañable misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia; soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros si alguno tuviere queja contra otro. De la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros. Y sobre todas estas cosas vestíos de amor, que es el vínculo perfecto.


Colosenses 3:12–14

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